El fast fashion, o moda rápida, se refiere a los grandes volúmenes de ropa producidos por la industria de la moda, a gran velocidad y a precios bajos, para satisfacer la demanda del mercado de manera rápida. Sin embargo, este enfoque tiene un impacto significativo en el medio ambiente.
Según el último informe Pulse of the Fashion Industry, elaborado por la Global Fashion Agenda, cada año se confeccionan más de 100 mil millones de prendas en el mundo, y cada año 92 millones de toneladas textiles son desechadas, de las que solo se recicla un 13%.
La producción masiva de ropa implica el uso de técnicas de producción en masa que a menudo utilizan productos químicos tóxicos para teñir, imprimir y procesar la tela. Estos químicos pueden ser altamente perjudiciales para los trabajadores y contaminar el agua y el suelo de las comunidades cercanas a las fábricas.
Además, el fast fashion tiene un impacto significativo en el consumo de recursos naturales, ya que para poder producir la alta demanda de prendas se necesitan grandes cantidades de algodón, por lo tanto, se utilizan grandes cantidades de pesticidas y fertilizantes, que dañan el suelo y producen gases de efecto invernadero.
Mariana y Carlota Gramunt, fundadoras de T_Neutral, plataforma que impulsa la transformación circular, afirman que “el 80% de los impactos de una prenda se pueden prevenir en la fase de diseño. Desde la elección de materiales de bajo impacto, la utilización de técnicas de patronaje cero residuos o asegurar la durabilidad, todas estas elecciones que se pueden tomar en la primera fase del desarrollo de una colección son clave a la hora de asegurar su circulación y minimizar su huella”
Pero, ¿qué podemos hacer los consumidores para mitigar los impactos del fast fashion?
- Compra de ropa de segunda mano:
La compra de ropa de segunda mano reduce la cantidad de ropa que se desecha y prolonga la vida útil de las prendas que ya existen. - Compra de ropa de alta calidad:
La compra de ropa de alta calidad hecha con materiales sostenibles puede reducir la necesidad de comprar nuevas prendas de ropa con frecuencia.
- Cambio a materiales sostenibles:
Las marcas de moda pueden reducir su impacto en el medio ambiente mediante el uso de materiales sostenibles como el algodón orgánico y el cáñamo.